Las cataratas se producen cuando el cristalino (lente interno del ojo) se vuelve opaco con el pasar de los años y va perdiendo su transparencia, lo que produce visión borrosa e inclusive la pérdida total de la visión. Este problema también se puede presentar en personas que han sufrido diabetes, una prolongada exposición a los rayos ultravioletas, o enfermedades menos frecuentes como las uveítis (inflamaciones intraoculares producidas por infecciones o de origen autoinmune)
así como también es asociada al tabaquismo y abuso en el consumo de alcohol.
En nuestro país, esta enfermedad es la principal causa de ceguera reversible y que puede ser tratada exitosamente si es detectada a tiempo.
Cómo se detecta
Para su detección, la enfermedad se diagnostica mediante los exámenes oftalmológicos de rutina, en la que el especialista, realiza la revisión del segmento anterior del ojo, mediante un biomicroscopio, donde se evidenciará la opacidad cristaliniana, la que puede ir desde un grado incipiente o moderado hasta la
catarata total, que bloquea completamente la visión del paciente.
Otra parte del examen consiste en cuantificar y registrar la agudeza visual que logra la persona en cada ojo, pero por separado, expresándolas en diferentes escalas. Las que pueden ser: decimal (0.1 – 0.2, etc.), agudeza visual de Snellen (20/20), etc. Y por último, se realiza el examen de fondo de ojo el que permite
descartar otras enfermedades como el Glaucoma o alguna enfermedad de la Mácula.
Su operación
Las cataratas actualmente se pueden operar mediante una cirugía donde se remueve el cristalino opaco y se implanta un lente intraocular para restaurar la función visual, mediante el uso de ultrasonido. Habitualmente se requiere el uso de lente ópticos para lograr una corrección óptica y visual completa, sea para lejos, cerca o ambas distancias. Actualmente las cataratas que cumplen con ciertos requisitos específicos que debe determinar el médico, están en la lista de patologías GES, no obstante cualquier catarata que afecte de forma significativa la calidad de vida, podrá considerarse ser operada.
La realización de esta intervención se realiza solamente con anestesia local, es breve, y habitualmente ambulatoria. La recomendación final es controlarse regularmente y no esperar hasta que la perdida visual sea avanzada, ya que en general mientras más avanzada sea la catarata, mayor es la dificultad quirúrgica
que ofrece, y mayores son los riesgos operatorios.
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